La Feria de los toros de La Algaba: De la sorpresa de Antonio Aparicio a la rotundidad de Jairo López
- Javier Torres "Bombita" y Manuel Quintana dejan las otras grandes notas de este ciclo
- Osborne lidia la novillada más potable
Crítico taurino de El Pespunte
a Feria de los Toros, como popularmente se le llama a la Feria de La Algaba, se ha consumido en un chasquido. Dos fines de semana de intensa actividad han concluido con la última de las tres novilladas programadas en la tarde de este domingo día 21 de septiembre. El balance en la Plaza de Carros deja nombres para seguir ilusionándonos y otros para seguirles la pista en la próxima temporada.
En lo numérico, el mexicano Jairo López sobresale por encima de todos los actuantes de esta edición. Cortó un rabo a un eral de Marqués de Albarrada tras una labor de máxima entrega en la que trasladó su capacidad a los tendidos. El nexo con el que paga fue férreo desde que se fue a porta gayola hasta que hundió la espada en la cruz del novillo. Apartando lo meramente artístico, hay una pregunta que deben replantearse las instituciones: ¿cómo un novillero con picadores puede torear este tipo de festejos? Llama la atención que el reglamento lo siga permitiendo.
Si nos centramos en la sorpresa de este ciclo, es Antonio Aparicio el novillero que dejó con un gran sabor de boca a quienes estuvieron en la plaza el pasado sábado. Frente a un buen novillo de Osborne, el joven de Torre Pacheco desplegó un concepto fino, de notable gusto y con empaque; siempre queriendo hacer las cosas despacio y dándole los tiempos perfectos al eral. Cortó dos orejas. Esperamos verle en más ocasiones por Andalucía.
Otro gran nombre fue el de Javier Torres «Bombita», que en esta enorme temporada que está realizando llegó a La Algaba con el compromiso de hacer disfrutar a la gente por mucha dificultad que tuviera en su oponente. Pudo cortarle las dos orejas a un dificilísimo animal de Agustín Lunar en el último domingo, que se orientó muy pronto. Cuando el sevillano agarró la muleta ya sabía lo que se dejaba atrás. Nunca se le vio con el agua al cuello frente a un novillo que se le metía constantemente por dentro. La paliza se la llevó, pero la satisfacción de verse capaz también volvió a su casa con él.
Manuel Quintana, novillero cordobés, dio la sensación de pedir más. Más novillo, más toro, más retos. Su apabullante serenidad -también en este último domingo- se palpó entre los aficionados y profesionales que poblaban el callejón y los tendidos como algo maravilloso. Andando delante de su novillo como si fuera matador de toros, el de Lunar tampoco iba sobrado de facilidades aunque fuera el mejor de todo el envío. Tiene este joven una forma personal de interpretar así como la sabiduría para entender qué y por qué en cada momento. Se le fue el triunfo con la espada.
Nicasio Carbonell viene a cerrar el póker de los novilleros que golpearon con cierta importancia en La Algaba. Pese a seguir estando muy poco toreado y sin apenas oficio, cuajó al importantísimo «Distinguido», un número 34 de Osborne extraordinario que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Dejó buenos pasajes por el pitón derecho, pero debe corregir el nerviosismo con el que afronta los compromisos delante de la cara del toro. Dos orejas cortó el torero local.
Los otros triunfadores son Cristóbal de Lara con dos orejas y Hugo Masia y Armando Rojo con una por coleta. En cuanto al ganado lidiado en esta plaza, Osborne dejó el envío más completo. Predominó la clase y la profundidad, todos los novillos potables y con posibilidades. Marqués de Albaserrada lidiaría el sábado, día 13, la peor novillada de todas. El segundo del cuarteto, de banderillas negras. Yendo al pecho, manso de libro y peligroso, le hizo pasar las de Caín a David Ramírez. Por su parte, la siempre bien presentada novillada de Agustín Lunar resultó complicada y correosa salvo el primero de los erales, con buen aire y condición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario