lunes, 8 de junio de 2015

Todos a hombros en Palma del Río

Abrió plaza el jerezano Juan José Padilla, que no tardó en conectar con el público poniendo emoción a la tarde en el tercio de banderillas en el que no faltó un par al violín, que fue el más aplaudido. Comenzó la faena con una tanda de derechazos pegado a tablas para acabarla de rodillas, cerca del tercio, con un desplante en la cara del toro, por el que fue jaleado. A pesar de la sonora petición de la segunda, el presidente le concedió a Padilla una oreja. Llevó con gusto al caballo, por chicuelinas, al cuarto. Repitió en banderillas, donde el toro dio sus últimas buenas arrancadas. La labor del jerezano con la muleta se basó en la cercanía y el necesario arrimón, que acabó de nuevo de rodillas y desplante. Mató de estocada y logró cortar dos orejas y rabo.

El Fandi jugó bien los brazos con la capa para llevar al segundo al caballo. No decepcionó con banderillas, andando incluso de espaldas para llegar a clavar el segundo par. Con la muleta destacó una tanda con la derecha con un cambio de mano, después el animal fue a menos y llegó el arrimón con molinetes, afarolados y el desplante de rodillas como colofón. Mató de estocada y fue premiado con dos orejas. El quinto del Fandi se acabó en banderillas. El más aplaudido de los tres pares fue el tercero, al violín, en el que paró al toro sombreo en mano tras clavar. Lo mejor de la faena de muleta fueron los comienzos de rodillas pegado a tablas y rematados con una tricherilla. Con el toro a menos optó el granadino por llegar al tendido con molinetes y llevando al animal en círculo, tapándole la cara con la tela. Funcionó bien y su labor tuvo la recompensa de dos orejas, con fuerte petición del rabo.

Javier Benjumea demostró ganas y actitud ya en el recibo, donde remató la tanda de verónicas con tres medias, siendo la última la mejor. Le costó acoplarse a la embestida del animal, que cabeceaba, a pesar de lo cual logró esbozar buenos muletazos con la izquierda, en una faena que fue de menos a más. Por esto, a pesar de acabar necesitando el descabello, el presidente le concedió dos orejas. Anduvo Benjumea mejor con el sexto, al que llevó por chicuelinas al caballo, atreviéndose después con un quite en el que destacó de nuevo la media del remate. Faena de tandas cortas, en la que se pudo apreciar la personalidad del diestro, dejando los mejores pasajes con la diestra. Ya crecido, se atrevió, incluso, a terminar la faena con un desplante de rodillas. Su entrega lo hizo merecedor de dos orejas, que le abrieron la puerta grande.

Por: Laura Ruiz
Fotos J.L.Cuevas










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